Parecen que son todos iguales, pero hay muchas diferencias entre unos y otros, que radican en su definición:

 

Zumo exprimido: Es el jugo obtenido 100% a partir de frutas sanas y maduras, frescas o conservadas en frío, de una o varias especies. No se le añade nada. 

 

Existen dos tipos de zumos exprimidos:

 

Zumos exprimidos refrigerados: Solo se han sometido a un proceso de pasteurización, lo que elimina los microorganismos nocivos y mantiene muchos de los microorganismos beneficiosos siempre que se conserve en frío.

 

Zumos exprimidos no refrigerados: Se someten a un proceso de ultrapasteurización (tratamiento térmico intensivo) eliminando prácticamente la totalidad de microorganismos. La calidad del zumo la determina la fruta utilizada, por lo que un zumo no refrigerado puede ser mejor que uno refrigerado, si bien conserva menos microorganismos provenientes de la fruta.

 

Zumo de frutas a base de concentrado: En origen, al zumo exprimido se le extrae el 85% del agua. Al reducir su volumen el concentrado de fruta abarata su transporte internacional. En destino se le vuelve a añadir el agua y los aromas, y opcionalmente la pulpa, vitamina C y azúcar (max. 15g por litro).

 

Néctar de frutas: Contiene dependiendo de la fruta hasta un 50% de zumo, siendo el resto agua y azúcar (max. 50g por litro) o edulcorante. En muchos casos el porcentaje de zumo no pasa del 25%.

 

Bebida de frutas: Contiene un 10% de zumo, al que se le añade un 90% de agua así como azúcar o edulcorantes, conservantes, colorantes y aromas.

 

Por lo tanto, la opción más sana y natural será consumir zumos exprimidos refrigerados o no refrigerados. Si además la fruta empleada para su elaboración es ecológica nos estaremos asegurando el consumir un producto 100% natural.

 

En Abarrotes os ofrecemos los zumos exprimidos procedentes de fruta ecológica Ékolo y los zumos exprimidos Cuckoo procedentes de fruta española recolectada a mano y libres de azúcares añadidos.